Friday, April 6, 2018

ESPERANZA PARA UN MUNDO QUEBRANTADO. ¿CÓMO RESPONDER?


Queridos amigos y lectores,

“¡PAZ A VOSOTROS!” Estas fueron las palabras de nuestro Señor Jesucristo para sus apóstoles/discípulos justo después de resucitar de los muertos. Documentado en Juan 20:19, sus seguidores más cercanos estaban reunidos en el aposento alto en Jerusalén a puertas cerradas (probablemente bajo llave) por temor a los judíos. Se encontraban solos y de un momento a otro Jesús apareció entre ellos. Entonces sopló sobre ellos y dijo, “RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO”.

El texto no nos dice claramente si Jesús simplemente se les apareció de la nada o si pudo traspasar una pared (como la mayoría suponen hoy en día). Esto es menos importante que el hecho de que Jesús vino a sus discípulos cuando más lo necesitaban. Cuando se encontraban evidentemente confundidos, alterados y temerosos.

Me maravillo con este acontecimiento. Imagínate a estos mismos hombres caminando con Él durante su ministerio físico en esta tierra. Le vieron resucitar muertos, sanar enfermos, restaurar la visión de los ciegos, sanar lepra y una verdadera plétora de señales y maravillas imposibles nunca antes vista por el humano. Creían completamente que Jesús era el mesías de Israel, que era el Hijo de Dios y también que era Dios en forma humana. Debemos recordar que el pueblo judío había estado orando por el advenimiento de su mesías por siglos. Pero hay evidencia para sospechar que los líderes religiosos judíos veían al mesías como un líder político militar enviado por Dios quien sometería las legiones romanas y se sentaría en su trono como rey de Israel. Sin embargo, esto no fue lo que recibieron. En lugar de esto, recibieron al Cordero en una travesía para salvar a la humanidad y en quien ésta pondría su fe y confianza. Esperaban un león y recibieron un Cordero. Puedo comprender su confusión.

No hubo entonces ni lo hay ahora el entendimiento entre el pueblo judío (excepto por la iglesia mesiánica) que el Mesías vendría en dos ocasiones. Una vez como el Cordero como se muestra en Isaías capítulo 53 (los pasajes del siervo sufrido) y una segunda vez como el León de la tribu de Judá (Apocalipsis 5:5); aunque debemos tomar en cuenta que en los días de la primera venida de Jesús, Juan aún no había documentado los acontecimientos de los días finales en el libro de Apocalipsis. Asimismo, la única mención real de JUDÁ en conexión a un LEÓN se encuentra en Génesis 49:9-10 (un cachorro de león es Judá). En ese tiempo había poco o ningún concepto de teología de cordero/león.

Entonces aquí estaban discípulos en el tiempo del arresto de Jesús y su subsecuente muerte en la cruz del Calvario. Aunque Jesús les había dicho lo que se avecinaba en su propio futuro inmediato, ellos estaban impactados de sobremanera cuando la mismísima persona en la que habían puesto toda su confianza y fe ahora estaba muerta. Estos hombres estaban asustados, confundidos y quizá algo amargados. Luego María Magdalena descubre que Jesús no yacía más en la tumba y de  hecho ve y habla con este hombre previamente muerto y les informa a los discípulos que Jesús realmente está vivo. Por favor imagínate esta escena y pregúntate cómo responderías a ese tipo de sobrecarga de información. Esa misma noche están encerrados en un cuarto, paralizados de miedo y confundidos y de repente aparece Jesús entre ustedes. No solamente sopla el Espíritu Santo sobre ustedes sino que hizo algo que siempre se creyó imposible para el ser humano. Les dio el poder y la autoridad de perdonar pecados. Este acto en sí hubiera sido blasfemo para los líderes religiosos porque hasta entonces ÚNICAMENTE DIOS podía perdonar el pecado.

¡Ciertamente eran acontecimientos impactantes! Seriamente dudo que nuestra generación haya experimentado algo que se acerca siquiera a lo que Pedro, Juan y los demás hicieron durante estos acontecimientos. Y ahora estamos aquí – nuestra generación, en lo que puede llevarnos hasta el fin de los tiempos. Hay cosas terribles sucediendo en el mundo estos días, desde el surgimiento de otra guerra fría hasta un Medio Oriente colapsado, amenazas de guerra comercial, un mercado de valores errático, guerras prolongadas que han consumido 7 billones de dólares en 17 años, nuevas y aterradoras amenazas nucleares, y la lista sigue.

Para aquellos que somos seguidores de Cristo, la pregunta es ¿cómo respondemos a todo esto? Sabes, una mujer muy tierna me preguntó si ella y su esposo deberían considerar tener hijos. Otros están preocupados por sus inversiones o pensiones, cuestiones de salud, problemas familiares, pérdidas de seres queridos y una vez más, la lista sigue.

Algunos encuentran consolación en el arrebatamiento inminente de la iglesia, aunque sinceramente hablando nadie sabe cuándo se llevará acabo o siquiera si sucederá durante nuestra vida física. Algunos encuentran seguridad a través de la palabra de Dios y la comunión con su congregación, lo cual es algo muy bueno. Pero en el fondo muchos tenemos el pensamiento de que el mañana es peligrosamente incierto. ¿Cómo proceder? ¿Quizá aquella tierna mujer tiene un buen punto?

Para mí, yo he llegado al punto en mi vida que sin importar lo que suceda no cuestiono la supremacía de Dios sobre los acontecimientos mundiales. ¡Nada le sorprende a Él! Esto no significa que dejan de preocuparme los inquietantes acontecimientos mundiales porque ciertamente me preocupan.

Un ejemplo: En muchas ocasiones en la iglesia hemos orado por los enfermos de acuerdo a las escrituras y he tenido el placer de ver a algunas de estas personas salir sanadas mientras a otras no. No cuestiono eso porque Dios es soberano y yo no lo soy. Muchas veces he orado por una persona pero Dios ha contestado de maneras inesperadas. No lo cuestiono porque Él es soberano mientras yo no lo soy. Sencillamente no culpo a Dios por nada (lo cual hacen muchos cristianos, lamentablemente) y no dudo de Él.

Esto me da una especie de libertad pacífica en esto mundo que muchos no tiene. Para mí, junto con la fe de saber que Él está en control total, viene la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7). Pienso que comprendo un poco cómo los apóstoles y seguidores de Cristo han de haberse sentido cuando se paró en medio de ellos en el aposento alto y dijo “PAZ A VOSOTROS”. Encuentro consuelo en las palabras de Pablo en 1 Corintios 16:13, “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente y esforzaos.” También en sus palabras en Efesios cuando habla de la armadura de Dios en el capítulo 6, versículo 13 y les dice que cuando han hecho todo lo posible, “resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, ¡ESTAR FIRMES!”

¿Crees que es fácil para mí decirlo? En el caso que pienses que soy algún tipo de gigante espiritual, nada podría estar más lejos de la verdad. Soy padre de un hijo discapacitado, marido de una mujer maravillosa y vivimos en lo que algunas personas se refieren como a un país de tercer mundo. Tengo preocupaciones y temores como cualquiera. Hay drogas, violencia y crimen como en la mayoría de los países hoy en día. Mi posición como pastor requiere que trate con muerte, bebés enfermos, divorcios, peleas, rumores y todo tipo de problemas y dramas desagradables comúnmente experimentados por la humanidad (pero también trato con cosas buenas).

Yo solamente soy un hombre que ha ESCOGIDO creer en la Biblia y en cada palabra que en ella se encuentra. DECIDO depender de mi Dios quien me dice, “NO TEMAS, YO ESTOY contigo siempre, hasta el fin del mundo”. No tengo que entender por qué suceden las cosas como suceden frecuentemente. Solamente DECIDO aceptar que mi Señor y Salvador Jesucristo realmente es Dios y que Él realmente está en control; incluyendo mi vida, la vida de mi hijo, la vida de mi esposa, las vidas de mis amigos y las vidas de mi congregación. Decido estar de pie. Decido tener fe en alguien mucho más grande que yo.

Solamente soy un hombre común y corriente que ESCOJE saber con seguridad que nada en este mundo ni en los acontecimientos del mundo hoy son sorpresa para el Dios que me creó.

Esta es la única consolación que puedo ofrecer a alguien que esté leyendo esto que tenga temor o esté sumamente preocupado por los acontecimientos peligrosos en el mundo de hoy, porque yo también lo estoy.

Dios les bendiga,
Pastor Rance

No comments:

Post a Comment