Friday, June 15, 2018

¡NO TEMÁIS! ¿DE VERDAD? ¿El Señor realmente espera esto de los seres humanos?

Queridos amigos y lectores,

¿Eres un seguidor de Cristo que constantemente lidia con la molestia de tener un compañero no querido llamado TEMOR?

¿Has conocido a alguien que ha estado tan incapacitado por el temor al grado de apenas poder seguir adelante con su vida? Desafortunadamente este es un problema muy frecuente para muchas personas, incluyendo creyentes.

La peor forma del temor es llamada “agorafobia”. Es tan debilitante que las personas que padecen esta fobia en particular, a menudo no pueden siquiera salir de sus propias casas. Están casi paralizados con tal pavor que experimentan ataques de pánico, temor de hasta pequeños grupos de personas y se sienten extremadamente turbados simplemente por pensar en viajar, espacios grandes y abiertos, extraños y cualquier tipo de interacción social.

El temor tiene varias formas y afortunadamente es mucho menos traumático para la mayoría de las personas que para aquellos que sufren de agorafobia. El temor es una respuesta emocional y es común de alguna u otra forma para todo ser humano. Incluso el soldado más imponente y mejor entrenado, el policía u otra persona de servicios de emergencia como los bomberos están sujetos al temor; es natural. Para esas personas “al frente”, el entrenamiento, educación, trabajo en equipo y cuestiones de seguridad normalmente les ayudan a sobrellevar el temor y realizar su trabajo efectivamente. No obstante, eso no significa que el temor no esté presente. Pero para el resto de la humanidad, personas promedio con horarios de oficina, familias, cuentas qué pagar e hijos con diversas actividades, el temor también puede ser debilitante. Para algunos más que otros, por supuesto.

Los cristianos no somos menos susceptibles al temor que otros – aunque deberíamos serlo. Después de todo, somos las únicas personas del planeta tierra cuyo Dios y Rey nos dice regularmente, ¡NO TEMAS!

La verdad es que es más fácil decirlo que hacerlo. Pero hay ayuda si la buscamos. Tuve a una misionera joven como parte de mi personal hace muchos años que experimentaba gran temor. Durante un alcance en un pueblo rural, descubrí que pasó toda una noche paralizada con temor mientras dormía en una carpa. Toda la noche, un aterrador puma arañaba su carpa intentando entrar. ¿Parece ridículo? No lo fue para ella, fue muy real y traumático. Por supuesto, simplemente era el viento y unas ramas tocando la carpa pero nuestras mentes humanas, particularmente en medio de la noche, pueden concebir las más horribles circunstancias y mientras estamos involucrados en esas gimnasias mentales, nada – y quiero decir, nada – puede alejar esta “realidad”, incluso la oración.

¿Te has dado cuenta que la medianoche frecuentemente nos trae las peores preocupaciones posibles? La luz del día y una buena taza de café suavizan la preocupación pero evidentemente algunas preocupaciones y temores están relacionados a la realidad. La enfermedad, particularmente cuando es un ser querido quien la padece, la pérdida de un familiar, el divorcio, hijos vagos, cuentas pendientes que amenazan con cubrirnos con una montaña de deudas, todas estas cosas y más pueden cobrar un precio y el temor que acompaña estos tipos de circunstancias no es fácilmente desechado. De hecho, como pastor joven aprendí que, aunque TODAS las respuestas a los problemas de la humanidad se encuentran en las páginas de nuestras Biblias, no puedes sencillamente “arrojarles” pasajes a las personas y esperar que sus problemas desaparezcan y que su temor se disipe.

Una pequeña confesión: Aprendí algo sumamente valioso cuando daba sesiones de consejería sobre el temor, así como otros tipos de consejería. A menudo, era mejor simplemente quedarme callado y escuchar. En muchos casos, estos individuos no necesitaban consejos, sino que necesitaban a alguien que caminara a su lado o se sentara con ellos a escuchar pacientemente mientras descifraban el problema ellos mismas. En muchas ocasiones, se retiraban de mi oficina pensando que su pastor era un genio cuando, de hecho, ellos mismos siempre tuvieron todas las respuestas. No siempre, por supuesto. Algunas personas realmente necesitan consejería y recordatorios de la escritura para poder sobrellevar lo que les aflige.

CONSEJO PARA LOS MARIDOS: Otra cosa que aprendí de joven. Caballeros, no se apresuren a intentar resolver los problemas de sus esposas. A menudo, lo que ellas necesitan es desahogarse y tener a alguien compresivo que las escuche. Generalmente ellas solas encontrarán la respuesta y si realmente quieren un consejo, se lo pedirá. ☺

Mujeres, como marido, no se me ocurriría darles consejos sobre cómo mejorar la comunicación con sus maridos. Sólo me metería en problemas. ☹

Volvamos al temor. Sabes que como creyentes tenemos protección y dirección disponible para nosotros. Primeramente está el poder de la oración. Yo mismo me he encontrado preocupándome por algo y solamente hasta después de angustiarme finalmente me calmé y ¡me di cuento que no había orado sobre tal asunto primero! Como pastor, una de las primeras preguntas que hago es “¿Has orado sobre esto?”. Francamente, ¡la respuesta suele ser NO! Entonces, hablemos sobre un pasaje muy real que algunas personas en la iglesia intentan justificar. Juan 10:27 (Como sabes, el Señor se refiere a sus seguidores como ovejas), “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.” Sí, sé que en algún momento alguien te ha enseñado que el Señor solamente nos habla a través de su palabra escrita. Ah, bueno, ¿puede alguien por favor encontrar eso en la Biblia y enviármelo? Porque he leído la Biblia completa y no lo encuentro por ningún lado. De paso también podrían enviarles un recado a Daniel y Juan quienes tuvieron visiones y sueños.

Efectivamente, la palabra de Dios de hecho nos habla cuando la leemos o la escuchamos. De hecho, “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios,” Romanos 10:17. ¿Pero es esa la ÚNICA manera en la que Dios se comunica con nosotros? Dios “habló” con Adán y Eva, Caín, y con Moisés a través de una zarza ardiente. Habló con Abraham, Isaac y Jacob (Israel). Habló con Elías en 1 Reyes 19:9. De hecho, habló con el profeta Elías en más de una ocasión. ¿Cómo lo hizo? Primeramente, Dios tuvo que atraer la atención de Elías y cuando la tuvo habló con el profeta con “una pequeña voz”. ¿Fue una voz exterior o interior? No sabemos. Pero una cosa sí te puedo asegurar; si quieres escuchar esa “pequeña voz” tienes que mantener la calma. Relájate, aléjate y ora, después escucha. Olvídate de los afanes de la vida diaria. No hay garantías, claro, porque es decisión de Él cómo decide comunicarse contigo.

Para esclarecer esto, no estoy hablando de los dones del Espíritu mencionados en 1 Corintios 12 o Romanos 12. No estoy hablando de los dones del conocimiento, sabiduría, profecía o de lenguas. Ni estoy hablando del don de discernimiento. Que conste que creo en todos esos dones pero también creo en 1 Corintios 14:40 (hablando de los diferentes dones), “Pero hágase todo decentemente y con orden.” ¡NADA DE COSAS RARAS tratándose de los dones del Espíritu!

Ciertamente, también creo en las escrituras cuando dicen que “Mis ovejas escuchan mi voz”. ¿Viste que no dice “LEEN MI VOZ”? Dice “escuchan mi voz”. El problema con muchas personas es que están demasiado ocupadas como para escuchar al Señor hablándoles aun si Él estuviera golpeando un tambor de metal junto a ellos. Se nos manda a orar. Eso significa hablar con Dios. Pero honestamente, muchas personas pasan tanto tiempo hablando que no se toman el tiempo de escuchar. Una vez más, debes mantener la calma, aislarte, pasar tiempo con el Señor, ciertamente orar pero luego estar callado y escuchar. Y si Él decide hablarte no pongas peros. Parece ser que en estos tiempos la iglesia está abrumada con el grupo de personas que dicen, “DIOS ME DIJO”. Si Dios realmente te está hablando, independientemente de cómo lo hace, es mejor que sencillamente actúes sobre lo que Él te ha dicho. Pero antes de actuar, busca confirmación en la palabra de Dios porque Él jamás te dirá algo que entre en conflicto con su palabra escrita.

Muchos de ustedes leyendo esto se han separado de la iglesia organizada por alguna experiencia negativa. Hay cristianos que en ocasiones pueden ser malintencionados. Los comités de las iglesias pueden estar tan ocupados con el trabajo de la iglesia que pierden de vista el hecho de que ¡el trabajo de la iglesia son las PERSONAS! Pero no puedes generalizar y etiquetar a una iglesia entera como equivocada. Busca una congregación pequeña con un pastor que predique el evangelio y sea responsable con su congregación. Los hay y Cristo le da a la iglesia pastores por una razón muy específica, (por favor lee Efesios 4:11-16). El tener un pastor con quién hablar en tiempos de preocupación y lucha es muy reconfortante.

Cuando las personas vienen a mí y me dicen “Dios me dijo”, generalmente los ignoro. ¡Lo mismo sucede cuando la gente me entrega tarjetas de presentación haciéndose llamar PROFETAS o APÓSTOLES! Esas tarjetas van directo a mi archivero redondo (bote de basura). Si en algún momento llegas a estar en la presencia de un profeta de Dios o apóstol genuino, lo sabrás. No necesitan llamar la atención hacia sí mismos para que el mundo lo sepa. Las señales para verificar esos oficios se encuentran en la Biblia de manera clara. Si Dios te habla, considérate bendecido pero no te apresures a anunciarlo al mundo. Ahora, una aclaración para que nadie malentienda; leo mi Biblia y me apoyo en ella para encontrar respuestas a los problemas de la vida y recomiendo que hagas lo mismo. Es invaluable para los seguidores de Cristo.

En la Biblia, la palabra temor se menciona más de 500 veces en alguna de sus formas. Es una emoción muy humana y nadie debe sentirse avergonzado si está teniendo problemas con el temor. Pero hay gran valor en la escritura, así que necesitamos depender de ella para consejos en los asuntos importantes de la vida. Sin embargo, debemos tener cuidado; si recibimos algún tipo de respuesta de parte de Dios cuando oramos, por favor debemos estar consciente que dentro de nosotros, la voz de Dios y nuestra voz pueden sonar exactamente igual. Por esto es que debemos confirmar lo que pensamos que estamos escuchando con la palabra escrita de Dios. No puedo terminar de enfatizar esto. Y no olvides ir a consejería con tu pastor.

El temor y la preocupación pueden retroceder en nuestras mentes después de la oración. Ten en cuenta que no digo que el problema desaparecerá. En ocasiones los problemas simplemente tienen que resolverse por sí mismos y necesitamos ser proactivos en cuidar de nuestras responsabilidades. De igual manera, algunas enfermedades y otros problemas humanos están fuera de nuestro alcance y no tenemos la posibilidad de resolverlos. No siempre obtenemos lo que queremos. Pero el Señor siempre está ahí escuchando el clamor de nuestros corazones.

Alguien dijo una vez, “El Señor frecuentemente pierde buenas oportunidades para llegar temprano pero nunca llega tarde.” En mi experiencia, Dios hace el mejor trabajo al último momento. Eso es lo que edifica nuestra fe.

Proverbios 9:10 nos da las bases para confiarle a Dios nuestros problemas, “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” No estoy hablando de un temor donde le tengamos terror a Dios. Después de todo, somos salvos por la sangre del Cordero de Dios porque Dios nos ama y desea tener comunión con nosotros. Estoy hablando del temor donde respetamos a nuestro Dios y queremos que nuestras vidas reflejen su vida de la manera más clara posible. Jesús claramente dice en Lucas 6:46, “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” Lo que dice el Señor se reduce a lo que vemos en Gálatas capítulo 5 (22-26) al hablar del fruto del Espíritu. Por el otro lado, lo mismo se podría decir de los que NO están caminando en el espíritu sino más bien en la carne porque Gálatas también los enumera en los versículos 17-21. Las decisiones que llevan a un estilo de vida gobernado por la carne pueden terminar de manera desastrosa como vemos en Mateo capítulo 7 (21-23) donde a los que piensan que pertenecen a Dios se les dice que “No todo aquel que me dice: Señor, Señor entrará al reino de los cielos.” Leyendo más adelante descubrimos que estas personas están practicando rebeldía (maldad). No estamos hablando de errores de los cuales hay arrepentimiento. Estamos hablando de personas que se dicen llamar creyentes pero nunca han cambiado su estilo de vida malvado.

En tiempos de temor y preocupación, el primer paso es el arrepentimiento y la oración; asegurarnos de que nuestras vidas están avanzando de manera piadosa. También vale la pena (y mucho) mencionar Santiago 4:8, “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.” Y el versículo 10, “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Un corazón sincero y humillado que anhela a Dios obtendrá su atención.

El temor y la preocupación son una parte natural de la existencia humana pero existe ayuda. La escritura nos dice (Efesios 2:14), “Porque Él (Jesús) es nuestra paz.” Además, en Juan 14:27 dice, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

Alguien dijo una vez, “la mayoría de las preocupaciones nunca se hacen realidad.” Se podría decir eso básicamente de la mayor parte de nuestras inquietudes humanas a mitad de la noche. No significa que no suceden cosas malas ocasionalmente porque ciertamente suceden. La pregunta es, como creyente y seguidor de Cristo, ¿estás caminando SOLO cuando tienes problemas que te afligen? Piénsalo.

Vemos nuestras vidas de manera diferente a como las ve Dios. Imagínense una regla normal de 12 pulgadas. Comienza con una pulgada y termina con 12. La regla representa tu vida de manera figurada. La estás sosteniendo horizontalmente para poder ver la regla entera. PERO, solamente puedes comprender el punto particular donde te encuentras parado actualmente. La marca de la pulgada número 1 representa tu primer cumpleaños, el número 6 puede representar la fecha de tu casamiento. Ahora son las 2 a.m. en una noche particularmente preocupante y te encuentras en la marca del número 9 en tu vida. Estás sumamente preocupado y temeroso porque no sabes cómo será la marca del número 10 cuando llegues a ella. ¿Suena familiar?

Por el otro lado, Dios es omnipresente. Él se encuentra en todo lugar al mismo tiempo y conoce el principio y el fin, incluyendo tu vida, ¡oh gran sorpresa! Dios habló con el profeta Jeremías en Jeremías 1:4-5, “Vino pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí…” La palabra de Dios también dice que él  no hace acepción de personas, Romanos 2:11 (nota: Algunas versiones dicen, “Porque no hay acepción de personas para con Dios”). De alguna u otra manera el mensaje es el mismo. Dios conoce el mañana. Así como el profeta Jeremías, no importa lo que suceda en tu vida, no hay sorpresas para Él. En resumen, Él puede ver tu regla de 12 pulgadas, no horizontalmente, sino de punta a punta. Él ve la fecha de tu nacimiento en el mismo instante que ve la fecha de tu partida de esta tierra. Él sabe exactamente lo que acontecerá en tu vida en la marca del número 10.

Intenta preguntarle y aun si Él escoge no revelarte el futuro, Él traerá paz que sobrepasa todo entendimiento a tu corazón. No estás solo.

Mateo 28:20, “¡…Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. AMÉN!”

Que tengan una buena noche y descansen en paz.
Dios les bendiga,
Pastor Rance

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