Sunday, May 20, 2018

2018 Un año de promesa, ¿pero qué clase de promesa?


Queridos amigos y lectores,

Al concluir el año pasado y entrar al año 2018, hay muchas preguntas que inundan mi mente sobre los acontecimientos mundiales – muchos de los cuales parecen estar girando muy rápidamente fuera de control. En la superficie, particularmente en Estados Unidos, las cosas parecen verse de una manera más positiva debido a que el nuevo presidente evidentemente está intentando cumplir sus promesas de campaña. Nuevas leyes de impuestos, menos rigurosidad de reglamentos absurdos y ¡una gran variedad de asuntos pendientes desde hace mucho tiempo! Esto en sí mismo es un respiro de aire fresco, políticamente hablando. Por el otro lado, este presidente es una fuerza opositora y sus enemigos siempre serán sus enemigos. No soy escritor de política e intento lo más posible no meterme en las peleas políticas. Ha habido presidentes en el pasado que definitivamente no me agradaban pero siempre consideré que parte de mi responsabilidad como cristiano era orar por ellos y sus familias. Sin importar qué partido político se encuentra en el poder, debe ser el trabajo más difícil en el planeta tierra. Sin importar qué hagas como presidente, al menos la mitad de la población te amará y la otra mitad te aborrecerá. El artículo de hoy se trata más de este presidente y su postura como amigo de la nación de Israel. Y en mi opinión, definitivamente es un amigo.

Tengo que admitir que estaba extremadamente escéptico de que Trump realmente cambiaría la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén aun cuando lo había prometido. Mi escepticismo estaba enraizado firmemente en el hecho de que los cuatro presidentes anteriores habían hecho esa misma promesa pero fracasaron en cumplirla. Cada seis meses, cada uno de ellos encontraba una razón para posponerlo. Entonces, ¿por qué cambiaría eso ahora?

La respuesta obvia es que no era el tiempo de Dios y, después de todo, es Él quien realmente está controlando las palancas de poder aquí en la tierra. Muchas personas, incluyendo aquellas “del libro – la Biblia” (tanto creyentes judíos como creyentes gentiles) tienen una tendencia de ver a las personalidades cuando de hecho hay un plan cósmico en acción. Este plan está sellado como un trato irrevocable por el Dios verdadero, mucho antes de que escogiera a Abraham y subsecuentemente a su hijo Isaac y después a Jacob para ser los padres del pueblo israelita. Este artículo no trata de explicar los pactos que hizo Dios con estos hombres porque fácilmente puedes buscarlos en cualquier Biblia, particularmente el libro de Génesis. El tema de hoy es muy diferente porque veo lo que está sucediendo estos días en el mundo mientras se mueve sobre un gigantesco tablero de ajedrez celestial.

Primeramente, un recordatorio. El Nuevo Testamento claramente nos dice que es Dios mismo quien coloca a los líderes en el poder (Romanos 13:1). Mientras no se encuentra claramente expuesto, ese hecho obvio también se ve claramente en el Antiguo Testamento. No malinterpreten esto para decir que Dios intencionalmente quiso causar daño a naciones enteras a través de las manos de un líder o rey que optó por ser malvado. Un buen ejemplo; el primer rey de Israel, Saúl, fue de hecho escogido por Dios a través del profeta Samuel. Pero Saúl OPTÓ por rebelarse y desobedecer a Dios. Sin importar la situación social, la humanidad tiene el derecho de escoger su propio camino. Pueden optar por ser buenos o pueden optar por ser malos. A propósito, si eres un seguidor de Cristo y estás leyendo esto, sinceramente espero que no te hayan enseñado que las palabras del Antiguo Testamento de alguna manera insinúan que las doctrinas de estos libros de alguna manera han caducado. El Antiguo Testamento contiene muchísimas profecías bíblicas que aún deben ser cumplidas. ¡Sin mencionar un abundante conocimiento y sabiduría fenomenal directamente desde lo alto! Asimismo tenemos la declaración de Cristo mismo que Él no vino a destruir la ley ni los profetas sino a cumplir lo dicho (Mateo 5:17-22). Tanto Jesús como algunos de sus discípulos citaban escritura del Antiguo Testamento.

Un ejemplo de esto; conocía a un pastor novato que enseñaba a su congregación que ignoraran completamente el Antiguo Testamento basándose únicamente en un pasaje del Nuevo Testamento. Este pasaje se encuentra en Marcos 9:7 en donde se escucha a Dios hablando y dice, “Este es mi hijo amado, a Él oíd. Este pastor novato no solamente estaba equivocado y llevando a su congregación por mal camino, sino que efectivamente derribó totalmente los cimientos del Nuevo Testamento. Cuando los cimientos son destruidos, ¡el edificio sobre los cuales están asentados no puede continuar de pie!

En cuanto a Israel, la capital de esta prestigiosa nación es ahora y siempre ha sido Jerusalén a pesar de lo que ahora se considera políticamente correcto. En realidad, hay hechos de los cuales algunas personas en la iglesia no tienen conocimiento. Por cientos de años, Jerusalén fue considerada como una pequeña ciudad remota caracterizada por casi cero infraestructura, malos caminos y rodeada de miles y miles de pantanos infestados de malaria. Con algunas pocas excepciones, al pasar de las generaciones (casi exclusivamente guerras santas entre ejércitos cristianos y árabes como lo fueron las Cruzadas), ¡NADIE la quería! Sólo fue cuando los judíos comenzaron a regresar a la tierra prometida por Dios que la gente comenzó a erguirse y codiciar la tierra y Jerusalén porque… ¿Cuál era la diferencia definitiva ahora? La historia claramente nos muestra que cuando el pueblo judío se asentó en su tierra ancestral, la tierra misma comenzó a florecer y producir abundancia, la envidia de todos los que eran testigos de lo que estaba sucediendo. Si retiras al pueblo judío de esa tierra SIEMPRE volvía a ser una tierra pantanosa no apta para ser habitada por humanos. Y claro, podemos hablar sobre el pueblo judío y cómo son necios y testarudos en ocasiones y cómo era Dios mismo quien los castigaba en esos casos. Pero Dios jamás se retractó de sus pactos con su pueblo escogido y el hecho de que cada una de las naciones que intentaba adueñarse de la tierra para ellos mismos – perecían. Esta historia se repite constantemente a través de la historia. ¿No lo crees?

Hazte una pregunta. ¿Qué sucedió con TODOS los imperios a continuación? ¿Y qué tenían en común cada uno de ellos? 1) el antiguo Egipto, 2) los filisteos, 3) imperio asirio, 4) imperio babilónico, 5) imperio persa, 6) imperio griego, 7) imperio romano, 8) imperio bizantino,
9) los cruzados, 10) imperio español, 11) la Alemania nazi, 12) la Unión Soviética, 13) y aunque aún sigue siendo una nación vigorosa, no fue hasta después de que el imperio inglés se alió con los árabes en contra de los judíos en la segunda guerra mundial que casi  ¾ partes de sus posesiones por todo el mundo. Lo que todos estos imperios tenían en común fue un plan de, de alguna u otra forma, arrebatarles la tierra santa a los judíos o subyugarlos por medio de la conquista. ¿Dónde están esos imperios ahora? ¡Han desaparecido!

¿Qué sucedió con todos los ejércitos muy superiores que intentaron destruir a Israel en las guerras de 1948, 1967 y 1973? Todos fueron completamente derrotados por el pequeño Israel. No es que Israel no haya pagado un precio por sus victorias porque ciertamente lo hicieron. Cada una de las veces. Pero el hecho es que nadie destruirá a Israel o al pueblo judío porque DIOS ASÍ LO HA DICHO (Génesis 12:3 y Gálatas 3:8).

En el último capítulo del 2017, dentro de las Naciones Unidas, 128 países votaron en contra de los Estados Unidos porque finalmente un presidente estadounidense tuvo las agallas para reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Pienso que algunos países tarde o temprano cambiarán de opinión y cambiarán también sus embajadas a la Santa Ciudad de Dios.

Junto con Estados Unidos, la nación de Guatemala recientemente hizo esta misma declaración. ¿Lo hará sin pagar un precio? No, de hecho no tengo duda de que se desatará una guerra sobre este asunto. Es sólo cuestión de tiempo, si te pones a pensarlo. Israel se encuentra actualmente rodeado de enemigos. Hezbolá, Hamás; tanto Jordania como Egipto tienen pactos de paz extremadamente tensos y ambos están bajo amenaza constante de ser tomados por facciones islámicas extremistas. El reino de Arabia Saudita no está mucho mejor. Está sobre una línea muy delgada entre apaciguar su propia población árabe – muchos de los cuales son musulmanes extremistas con aspiraciones terroristas, e intentar mantener relaciones amistosas con Estados Unidos y al menos mantener una paz titubeante con Israel.

Tanto China como Rusia están tratando desesperadamente suplantar a Estados Unidos como la potencia mundial predominante. Corea del Norte amenaza con enviar misiles a Estados Unidos, hay zonas y gobiernos sumamente inestables por todo el norte de África repletos con hambrunas y pestilencia. No hay un gobierno organizado en Liberia. Siria continúa de bajada con la voraz guerra civil. Irán actualmente está, por un lado, patrocinando grupos terroristas como Hezbolá y Hamás con un plan de destruir totalmente a Israel y por otro lado intentando repeler a cientos de miles de su propio pueblo que se están levantando para exigir derechos humanos básicos. En los últimos dos años Turquía ha pasado de ser una democracia, relativamente hablando, a una dictadura total con agendas islámicas fundamentalistas y está comenzando a amenazar a Israel y al Occidente.

¡Pero aparte de eso, todo está bien en tierra firme!

No tengo idea de cómo evolucionará todo esto pero mi opinión es que habrá guerra durante el 2018. Quizá también una de las crisis financieras más grandes de todos los tiempos. En este momento el mundo está al borde de una terrible catástrofe.

Sinceramente espero estar equivocado. Pero quédense en sintonía porque desde la segunda guerra mundial no ha habido tanta inestabilidad mundial como ahora.

Solamente puedo exhortar a todos los cristianos a que hagan dos cosas: ORAR y VER HACIA ARRIBA que nuestra redención está cerca.

Dios les bendiga,
Pastor Rance

No comments:

Post a Comment